Breves Relatos

sobre los Orígenes de nuestro Puerto.

De Buenos Aires a Quequén: Deudas, Política y Comercio Marítimo

Una de las cuestiones claves que se presentan al momento de estudiar los procesos históricos de nuestra región es la disponibilidad de fuentes que permitan reconstruir el entramado económico, político y social que explicó el desarrollo, a lo largo del siglo XIX, de un sistema portuario sobre la desembocadura del Quequén Grande.

Aunque, a diferencia de otros sistemas portuarios, la disponibilidad de fuentes no es abundante, afortunadamente contamos con algunas referencias sobre la operatoria portuaria desarrollada a finales del siglo XIX desde donde es posible caracterizar los rasgos más sobresalientes de la actividad. En ese sentido, los archivos judiciales ofrecen una buena oportunidad para reconstruir la compleja trama social, económica y política que conectaba a las diferentes actividades desarrolladas por los habitantes de nuestra región durante aquel período.

El 13 de mayo de 1895, el empresario -y futuro concejal- Manuel Murias denunció -ante el juzgado de Paz- a Don Juan Dilarregui por el cobro de una deuda de $224,54. En su presentación, el denunciante, además de reclamar el pago, detalló la maniobra realizada por el denunciado a partir de la transferencia de los bienes de Dilarregui “(…) al señor Irastorza dejando de esta manera burlados a sus acreedores”. La denuncia de Murias tenía como objetivo señalar los bienes que el denunciado mantenía en el depósito “(…) de este Puerto” y así conseguir, mediante orden judicial, el cobro de la deuda a través de su embargo. En la denuncia, indicaba que ”(…) en este momento ha llegado a su conocimiento que por el pailebot “Ibrain” se acaba de descargar en el muelle de este Puerto una partida de alambres, tirantes, varillas, fierro galvanizado y postes de ñandubay y todo lo que han sido remitido por la Agencia Mosso de Buenos Aires a la consignación de Don Juan Dilarregui y bajo las iniciales J. D. según el conocimiento.”

Las fuentes judiciales ofrecen una buena oportunidad para estudiar los aspectos más cotidianos de los actores involucrados y reconstruir el complejo entramado de relaciones económicas, sociales y políticas de la época. Esta fuente en particular confirma la existencia de un circuito comercial de cabotaje entre los puerto de Buenos Aires y Quequén cuya principal función, previo a la consolidación del ferrocarril como medio de transporte, fue cubrir la demanda de bienes del incipiente mercado regional ubicado en los alrededores del río Quequén Grande.